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Los tagliatelle o ‘tallarines’ tienen su origen en Bolonia, norte de Italia. Compuestos por harina de trigo, huevo y agua, estos fideos planos, anchos y alargados tienen una íntima relación con la típica lasaña.
Durante la Edad Media, el estilo más habitual para preparar los tagliatelle fue al dente, acompañados de mantequilla y grana padano rallado. De hecho, no fue hasta el siglo XVIII cuando la salsa de tomate comenzó a incorporarse como condimento a este tipo de pasta.
Hoy en día, sin embargo, uno de los acompañamientos más populares es el ragú a la boloñesa con abundante queso grana padano espolvoreado. De todos modos, la pasta tagliatelle admite ingredientes y aliños muy diversos, como trufas, setas, marisco y pescado, así como jamón serrano o verduras. En cuanto a los condimentos, la salsa caruso, la salsa rosa y la putanesca son algunas de las que mejor combinan con los tagliatelle.
Los tallarines son un plato muy difundido a lo largo y ancho del mundo. Por este motivo, no hay duda de que si te decides a cocinar alguna de las recetas tradicionales con los tagliatelle como protagonistas, el evento será un momento inolvidable.